ARSENAL DESPERTÓ Y ARRASÓ CON TODO A SU PASO.
West Ham jugó mejor pero no pudo mantener el resultado y Arsenal remontó en diez minutos. El chileno Manuel Pellegrini quedó en la cuerda floja mientras que los gunners regresaron a la zenda de la victoria bajo la batuta del ídolo Fredrik Ljungberg después de nueve partidos.
Tratando de recomponer el camino el estratega sudamericano optaba por salir con un 4-4-1-1. El objetivo era claro, evitar a toda costa que su rival hiciera daño con las transiciones rápidas. Para ello levantaba un muro acortando las líneas.
Entre tanto el timonel sueco ponía toda la carne en el asador. Gabriel Martinelli junto a Nicolas Pépé por las bandas, Mesut Özil como conductor y Pierre Emerick Aubameyang arriba en solitario.
Primer tiempo redondo
Bajo el aliento de los miles de aficionados presentes en el Estadio Olímpico de Londres el combinado local tomaba la iniciativa teniendo las mejores ocasiones. Por el lado visitante por más que intentaban asociarse con triangulaciones, no conseguían arrinconar.
¡Momento de celebración!
Antes de finalizar los cuarenta y cinco minutos iniciales la escuadra dueña de casa inclinaba la balanza a su favor. Angelo Ogbonna recibía un centro al área de Pablo Fornals para rematar con fortuna desde el punto blanco, Leno no podría evitar la caída de su pórtico.
Sin embargo, el suspenso se apoderaba de la noche debido a la intervención de la tecnología. Luego de la eterna espera, el VAR convalidaba el gol. West Ham se ilusionaba. De esta forma el colegiado indicaba que era hora de que los protagonistas se fueran a los camerinos.
Fatídicos minutos
Decididos a cambiar la historia los gunners salieron en el segundo tiempo a matar o morir. Cabe resaltar que con el marcador adverso el cuadro amarillo estaba a tan solo cuatro puntos del descenso. Conforme avanzaba el reloj, el combinado de Londres se asentaba mejor en el campo; triangulaciones, cambios de frente, y sobre todo garra.
De la felicidad a la tristeza…
A la media hora de juego Gabriel Martinelli definía con pierna derecha tras la habilitación de Sead Kolasinac para poner el empate. Mientras en el banco del Arsenal alentaban, en los Hommers asomaba la preocupación.
No obstante, allí no se detendría la visita. Cuando los hinchas apenas asimilaban el gol en contra, Nicolas Pépé colgaba el esférico en el ángulo izquierdo del arco defendido por David Martin.
Con el West Ham en la lona y la moral totalmente destruida, el conjunto visitante se adueñaba del partido. Hambrientos de triunfo e inconformes con el 2-1 parcial, querían más goles.
El tercer y último tanto de la noche sería obra de Aubameyang, El artillero gabonés fusilaba al cancerbero eligiendo el palo de la mano derecha para sellar una remontada épica que se dio en un parpadeo. De ahí en adelante el final de la contienda no tuvo mayores emociones y solo bastaba esperar el pitazo final.
Crisis inminente
«Es difícil de entender. Sentimos que dominamos el juego durante 60 minutos y luego, en diez minutos, perdimos el juego. Tal vez no marcamos el segundo gol que era tan importante para terminar el partido.”
“Hay muchas razones diferentes para analizar. No podemos conceder tres goles en cada juego. Lamentablemente para nosotros estamos haciendo las cosas mal. Seguiremos creyendo en nuestro escuadrón. Quizás no estemos en nuestro mejor momento. Pero, tenemos que seguir luchando «.
“Entiendo los abucheos porque en los últimos cuatro o cinco juegos que hemos jugado aquí, no ganamos. Creo que éramos un mejor equipo que el Arsenal. Puedo decirte que solo hubo un equipo durante 60-65 minutos. Desafortunadamente si no ganas en casa, tus fanáticos no estarán felices.”
“Debemos ser mucho más constantes a lo que hicimos hoy. Puedo recordar una sola oportunidad del Arsenal cuando estábamos 1-0 arriba y, después de eso, dos o tres bolas decidieron el final”. Argumentó Manuel Pellegrini Director Técnico de West Ham en conferencia de prensa.
Además, Declan Rice jugador de los Hammers expresó:
«Desde el comienzo de la temporada, hemos dicho que tenemos que ganar nuestros juegos en casa, tenemos 60,000 detrás de nosotros y es realmente frustrante para ellos. Queremos entusiasmarlos y hacerlos felices. El año pasado tuvimos algunas buenas noches contra los grandes equipos, y esta temporada hemos perdido esos grandes juegos contra los Spurs, el Arsenal y el City.”
«Ahora es el momento de unirnos, sé que es un cliché. Sin embargo, tenemos que hacerlo porque tenemos juegos que crecer rápido. Necesitamos reagruparnos, seguir poniendo el cien por ciento y no podemos dejar caer nuestras cabezas. Necesitamos ir hacia adelante.»
Envión anímico
Finalmente, Fredrik Ljungberg reemplazante de Unai Emery en el banquillo del Arsenal comentó:
«Significa demasiado para los jugadores. Estuvieron viviendo bajo una enorme presión y se podía ver en los partidos. Pude sentir que el rival se estaba cansando y nuestros pases eran cada vez mejor. Los jugadores lo hicieron increíble».
«Los jugadores salieron muy bien a la segunda mitad del partido. Ellos trabajaron muy duro y eso es algo sobre lo hablamos. Esto es todo de los jugadores, yo solo estoy para guiarlos».
«Se podía notar que los muchachos estaban un poco desanimados y en el vestuario pude ver el alivio y cuan felices están ahora. Disfrutamos esta noche y continuaremos trabajando mañana. Debemos trabajar en nuestra confianza, eso hará la diferencia».
Lo que viene
Con la derrota el barco del West Ham parece hundirse cada vez más. El elenco Hammer es décimo sexto con 16 unidades a tan solo una de la zona de descenso. Por tal motivo las directivas del club le dieron el ultimátum al entrenador chileno pues de no ganar en el próximo partido contra Southampton, deberá decir adiós a la institución. Entre los nombres que suenan para ocupar el cargo del ingeniero están David Moyes, y el español Rafael Benítez.
Por otra parte, el triunfo deja al Arsenal en la novena posición con 22 puntos. Pese a la irregular campaña el elenco de Londres aspira a clasificar a Europa League la siguiente temporada. Para ello necesita volver a sumar de a tres en casa cuando se mida a un Manchester City de capa caída.
Portada: Reuters
Imágenes de apoyo: Reuters