Al San Lorenzo no le obró ni un milagrito del Papa.
Al San Lorenzo no le fue muy bien contra el Cerro Porteño el pasado 24 de julio. Apenas logró un insípido empate 0 por 0 contra Cerro Porteño y la tiene difícil.
Esta vez el Papa Francisco no hizo el milagrito.
Él no jugó, lógico. Y menos pudo salvar con sus ruegos la actuación de su equipo del alma, el club San Lorenzo de Almagro de Argentina que, en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores de América, apenas pudo empatar 0 a 0 contra el Cerro Porteño de Paraguay.
¡Qué partido tan insípido! Por no decir malo, inocuo y perezoso.
Cerro Porteño tampoco fue que aportara tanto al fútbol de esa noche.
Solo hizo su negocio y, con el empate sin goles, se quedó con la oportunidad más clara para que, en la vuelta, pueda conseguir, en casa, el cupo a la siguiente ronda de esta justa americana.
No jugaron a nada… el Papa perdió la plata
No hubo pinta de favoritos para alcanzar esta nueva versión de la Copa Libertadores de América en ninguno de los dos conjuntos.
Esta vez se hizo más evidente que el Papa Francisco perdió su platica de abonado y socio del San Lorenzo y que le va a tocar conformarse, apenas, con logros pasados de su equipo del alma.
Antes de ir al análisis del partido que, en verdad, será muy corto, porque aporta poco al fútbol suramericano, hay que entender otro ángulo de lo que arrojó este encuentro.
Hincha santo y de toda la vida
Bergoglio, el Papa, es hincha de San Lorenzo de Almagro desde muy joven.
Es socio. Abonado del club. Posee el carnet número 88235N-0, pero no va a verlo… porque no puede. Obligado, vive en Roma y preside a los católicos de todo el mundo.
Desde 2008, Bergoglio paga sagradamente su cuota mensual de socio del «Ciclón» mediante débito automático, a través de su tarjeta personal.
Mucha parte de las visitas que recibe durante el año vienen acompañadas de obsequios relacionados con el fútbol, y lo convierten a él, de paso, en un gran coleccionista de camisetas futboleras de su club del alma.
La vida, pasión y… del Papa por el San Lorenzo
El primer Papa hispanoamericano de la historia, desde pequeño, fue a ver a su padre cuando jugaba baloncesto en el ‘Viejo Gasómetro’, antiguo recinto deportivo del San Lorenzo, y hoy estadio oficial del equipo.
Fue ahí donde comenzó a cultivar la pasión por el San Lorenzo.
Ofreció, en su debido momento, la misa del centenario del conjunto y era y es uno de los aficionados más reconocidos del club.
Pero la historia y la conexión entre el sumo pontífice y su equipo va más allá de la anécdota.
Bergoglio hizo lo suyo y… lo escucharon
Desde el momento de su nombramiento como máximo jerarca de la Iglesia, el club de Boedo pasó de vivir uno de sus peores momentos en la historia, a vivir una de sus mejores etapas.
Fue como un milagro y tal vez Bergoglio tuvo que ver en ello.
A 10 meses de su nombramiento, en marzo de 2013, San Lorenzo, dirigido por el entonces técnico de la selección chilena Juan Antonio Pizzi, logró el título de campeón del torneo inicial del fútbol argentino.
Directivos y jugadores visitaron al sacerdote tras esa conquista y le ofrecieron la Copa de campeón y la camiseta oficial. Era como una sospecha culpable, como un agradecimiento… un pacto secreto.
Faltaba mucho más y sucedió
Todavía el milagro estaba a medias. En 2014 y bajo la dirección técnica de Edgardo ‘Patón’ Bauza, San Lorenzo se convirtió en campeón de la Copa Libertadores de América tras vencer a Nacional de Paraguay.
Para el «Ciclón», ese título significó el final de muchas burlas por haber sido, hasta ese día, el único de los cinco grandes del fútbol argentino en no haber ganado la Libertadores.
De todo eso, por lo visto ayer, quedó poco
Ayer, San Lorenzo apenas pudo igualar 0 a 0 con Cerro Porteño en este partido de ida de octavos de la Libertadores. Y era el local.
Los dos conjuntos libraron una lucha pareja pero insípida, con poco fútbol y sin goles en Buenos Aires… Defraudaron a sus seguidores, y eso que, por momentos, Cerro jugó mejor.
Para ser más sintéticos… dejaron en suspenso, y para la próxima semana, la clasificación a la siguiente ronda del torneo.
Detalles para destacar… muy escasos.
Uno, que el jugador Alberto Espínola, del Cerro Porteño, fue expulsado a los 64 minutos, pero San Lorenzo no aprovechó la superioridad numérica.
Fue a causa de una pirueta del jugador del equipo paraguayo que terminó con un pisotón a Fértoli y que obligó al árbitro chileno Tobar a juzgar con expulsión, luego de verificar con el VAR.
Los porteros fueron héroes, los otros jugadores no
Se destacaron los porteros Sebastián Torrico en el local y Juan Pablo Carrizo en la visita.
Dicen los entendidos que cuando los arqueros se destacan es que los equipos jugaron pésimo. La verdad fue esa. Así pasó en la capital argentina.
Evitaron goles y el marcador no se movió nunca.
La primera opción clara del encuentro fue para la visita en el minuto cinco cuando Federico Carrizo envió un centro tras un buen movimiento colectivo que terminó con una pelota conectada por Colman que exigió la reacción del portero Torrico.
Los argentinos tuvieron el balón, pero no marcaron
San Lorenzo, que tuvo más posesión del balón que su rival, apenas tuvo una primera opción para abrir el marcador en el minuto 38 con un remate desde afuera del área de Lucas Menossi que Carrizo despejó.
En el segundo tiempo, San Lorenzo reclamó un mayor protagonismo y, por momentos, lo logró.
Adelantó sus líneas con la intención de alcanzar una ventaja como local y, al minuto 57, un centro atrás de Salazar encontró a Fértoli que, mal parado, no pudo definir con precisión.
A San Lorenzo no le alcanzó nunca la intención alcanzó para vulnerar al equipo paraguayo dirigido por Russo.
Cerro Porteño hizo el negocio empatando de visitante contra el San Lorenzo
Cerro supo muy bien como cumplir el objetivo que se había propuesto: alcanzar un empate y luego definir la serie en casa.
El plan le salió bien dado. Fue superado por el rival pero no le marcaron goles. Hizo el negocio.
Cuando lo atacaron recurrió a la falta y al juego agresivo para contrarrestar los intentos de buen fútbol de los de Boedo.
Pero el equipo paraguayo tampoco mostró grandes destrezas individuales. Solo un mero esfuerzo colectivo que le bastó para conseguir la igualdad.
Se puede afirmar hoy que en esta batalla de dos grandes equipos de América, ganó Cerro. Consiguió lo que vino a buscar… el empate y eso puede servirle de mucho.
San Lorenzo – Cerro Porteño, una noche para olvidar
Fue una fría noche porteña en todo… en fútbol, en abstinencia de goles y en interesantes propuestas de juego
La revancha de esta serie se disputará el próximo miércoles en Asunción. El vencedor de la llave se enfrentará en los cuartos de final al que se imponga del cruce entre River Plate y Cruzeiro, que el martes igualaron sin goles en la ida disputada en el Estadio Monumental de Buenos Aires.
El Papa debe estar intranquilo. Esta vez sus oraciones no funcionaron y le tocará esperar hasta mitad de esta semana a ver si se le cumple el sueño. Es muy probable que no.
No se obró el milagro
Esta vez Bergoglio no obró un milagro directo sobre San Lorenzo. Rezó pero faltó el gol, lo más importante. Puede que antes le funcionara, pero cuando no se juega bien al fútbol lo que se alcanza es poco.
Ahí las intenciones divinas funcionaron a medias y las recompensas de Dios ninguno de los dos equipos las merecieron.
A seguir pagando el abono y a esperar
Hoy, el socio número 88235N-0 de San Lorenzo tendrá que seguir pagando su mensualidad sin falta, como todo buen cristiano, pero de recompensa recibió algo escaso.
Eso no le garantizará tampoco buenos resultados si su equipo del alma no cambia su estilo de juego y convierte buenas intenciones en goles certeros.
Ahora serán los del Barrio Obrero, los de Cerro Porteño, como locales, los que tendrán la ventaja. Ahí no hay milagritos que valgan. Será a un precio muy distinto al que se pide desde El Vaticano… Dándolo todo en la cancha. Lo que no hicieron en Buenos Aires.