Boca Junios vs Athletico Paranaense

El Xeneize redujo a la nada al Paranaense, Wanchope alivió la locura.

Publicado por: Wilson Dario Daza Restrepo

Boca derrotó 2-0 a Athletico Paranaense y se metió entre los ocho mejores del continente.

Wanchope Ábila y Toto Salvio anotaron los goles argentinos en La Bombonera

Tiene pinta de campeón y no es para menos. Boca Juniors mostró su mejor cara contra el Athletico Paranaense en el partido que disputó por los octavos de final de la Copa Libertadores de América, al cual venció 2 a 0.

El Xeneise opacó, en todo, a los brasileños. Se puede decir sin exageraciones que los confundió, los sometió y no los dejó jugar con claridad al fútbol.

El encuentro Boca – Paranaense parecía un partido de otra orbe. De pronto, la velocidad de los atacantes de Boca Juniors obligaban a pensar que el que jugaba contra el Paranaense en la cancha de La Bombonera no pertenecía a este planeta.

Fue imposible para los jugadores del Athlético Paranaense desligarse de la presión y el ritmo de unos contrarios pintados de azul y amarillo encendido que no les permitían casi ni planear y, a veces, ni moverse.

Boca ganó al Paranaense con demasiados merecimientos

Desde ya, se puso la pinta de alguien que comienza a sentirse campeón, para lograr en la cancha, lo que no pudo en la versión anterior, cuando fue doblegado por su rival eterno: River Plate.

Pese a tener un gol de ventaja tras el partido de ida, el equipo de Alfaro salió a jugar el encuentro con un solo pensamiento en la cabeza: el arco de enfrente. Era como una obsesión y, a medida que pasaron los minutos del juego, lo alcanzó.

Por eso para el Xeneize las oportunidades de gol nunca faltaron, y de gran peligro muchas de ellas. Abrir el marcador era el objetivo, pero al final fallaba la efectividad en el área de Santos.

Para ser objetivos, el Athletico prácticamente nunca amenazó a Andrada.

Un primer tiempo sin efectividad

De esa manera se fueron a los vestuarios, terminado el primer tiempo, con un marcador en ceros, que resultaba hasta injusto, pero que, igual, clasificaba a Boca en ese momento.

Pero tal situación no permanecería por mucho tiempo y las que no entraron en el primero entraron en el segundo tiempo.

El equipo visitante siguió en su tibieza, en su amodorramiento, en su miedo escénico con una hinchada en La Bombonera repleta, que no dejaba ni pensar.

Momento de recuperación

Fue entonces cuando el Xeneize recuperó la efectividad perdida. Primero apareció Wanchope Ábila para derrotar a Santos.

Lo hizo con un potente remate, mientras que sobre el final fue Toto Salvio el que le puso cifras finales a la victoria y además se dio el gusto de anotar por primera vez con la camiseta de Boca Juniors.

Misión más que cumplida

Buena faena del Boca en la noche de miércoles en La Bombonera.

El equipo de Alfaro jugó un partido sólido, no se confió en la ventaja obtenida unos días antes y, sobre el final, le agregó gol para clasificarse de manera más que justificada, por lo visto a lo largo de los dos partidos.

Ahora el próximo escollo copero será Liga de Quito, pero antes se vendrá su encuentro contra el equipo Patronato por la continuidad de la Superliga el domingo próximo y esperar a seguir sumando.

Las voces de la clasificación

Gustavo Alfaro y Nicolás Capaldo analizaron en conferencia de prensa todo lo que dejó el triunfo que metió a Boca entre los ocho mejores equipos de la Copa Libertadores de América.

El entrenador de Boca y uno de sus jugadores hablaron con la prensa tras el triunfo que puso al Xeneize en cuartos de final del máximo certamen continental.

Las manifestaciones de Alfaro

Sobre el partido, Alfaro aseguró: «Había que jugar este partido como si no estuviéramos en ventaja».

«Trajimos un triunfo a La Bombonera y acá había que jugar con agresividad, intensidad y solidez. Lo hicimos. En ataque aparecieron las individualidades en el momento justo y nos llevamos la clasificación», agregó.

También afirmó que a Boca le había tocado uno de los peores rivales que le podían tocar, pero que supieron afrontarlo, jugarle como se debía y transformar una derrota ante este rival en una victoria para clasificarse.

Lo que viene para Boca Juniors

Al ser interrogado sobre lo que pasará en la próxima fase de cuartos, el entrenador afirmó: «Tuve la posibilidad de jugar en Quito. Es una altura distinta a la de otras ciudades. No es una altura que te agobia como en La Paz, pero te afecta en los últimos veinte minutos del partido».

Se mostró preocupado porque en la capital ecuatoriana la velocidad de la pelota es otra, y porque esos son detalles a tener en cuenta.

Con seguridad, los argentinos irán a Quito a sacar un buen resultado y, por lo visto en su partido contra los brasileños, podrán llevarse una ventaja a Buenos Aires.

Las impresiones de Capaldo

Por último, el que habló fue Nicolás Capaldo«Ellos en el primer tiempo salieron a tener la pelota, a intentar lastimarnos, pero no pudieron porque les costó mucho pasar la mitad de cancha. En el segundo tiempo hicimos el gol y logramos manejar el partido».

Boca Juniors avanzó al estilo Alfaro: explícito, ni amor ni sufrimiento

El Director Técnico en el partido contra Paranaense marcó su estilo… su firma característica: ni lució ni padeció.

El Xeneize redujo a la nada al rival y lo resolvió como en un proceso de decantación.

El gol de Wanchope Ábila liberó las tensiones.

Fue como un bálsamo que alivió la locura de La Bombonera, de los jugadores, de los hinchas, del resultado… y del banco de suplentes.

Es un hombre parco, que celebra poco

Gustavo Alfaro no festejó… no suele hacerlo. Se le vio parco y medido, como aparece siempre, aunque esta vez  no pudo disimular el desahogo.

Ahora, no lo hizo tanto por el triunfo y la clasificación, sino porque cuando se dio el 1 a 0 ese marcador plasmó en la cancha al nuevo Boca. Su Boca.

Su esquema, muy conocido: dos líneas de cuatro. Presión arriba. Un volante central posicional, en este caso Iván Marcone, y uno más adelantado para activar el achique, Nicolás Capaldo.

Un centrodelantero de área y un mediapunta explosivo. No hubo nada nuevo para los especialistas de este equipo.

Una persona con un esquema muy propio y conocido

Fue en esta clasificación el mismo Alfaro de Arsenal, Gimnasia, Tigre y Huracán… El hombre que supo controlar los momentos.

Lechuga, como le dicen, tal vez por fresco, consiguió lo que venía buscando desde que asumió en Boca: lograr que su equipo fuera compacto.

Que los defensores estuvieran cerca de los mediocampistas y que los delanteros no se quedaran lejos de las jugadas en el retroceso.

Y falta mucho, Boca padece de falta de eficacia

Ahora, no todo fue positivo.

Al Xeneize le falta la eficacia de la que gozaba con Guillermo Barros Schelotto.

Ya sin Benedetto, deberá pensar en incorporar a un centrodelantero para potenciar una mayor competencia al interior del equipo.

Lo que se viene

Y a Boca se le vienen época intensas en Superliga, Libertadores y en el propio torneo argentino. Los tiempos apremian.

Los entendidos afirman que el alfarismo es pragmatismo. Se adapta y, si debe reinventarse, como ahora, lo hará.

Él no está para enamorar a nadie. No es su objetivo. Pero cumple, gana y no sufre. Boca es así y a todos les calla la boca… con triunfos y goles.

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