C.A Osasuna vs F.C Barcelona

OSASUNA Y UN DIEZ EN DEFINICIÓN

Publicado por: Miguel González

Barcelona no levanta vuelo

Después de sacar tres puntos como local y un arranque de liga lejos de lo esperado, Barcelona visitaba a Osasuna.

Entre tanto, los locales llenaban la casa. En El Sadar, cientos de hinchas se reunían para alentar al equipo de sus amores.

Los de Pamplona quienes volvían a primera división, llegaban con cuatro puntos de seis posibles. Además, 23 partidos como invictos y sin conocer hasta el momento un gol en contra.

Arrasate decidía parar un 4-4-2 poblando la mitad del campo con Roberto Torres como abanderado. Jugador clave en el ascenso. También, aparecía Rubén García, quien es la contratación más costosa en la historia de la institución hasta el momento.

Por su parte, Valverde aún sin Messi ni Suárez y con la novela de Neymar cada vez más enredada, optaba por repetir el once que le dio el triunfo ante Betis.

De nuevo, las esperanzas puestas en Griezmann. El segundo francés con más participaciones en la liga española con 136, detrás de su compatriota Benzema.

Sin Messi, sin ideas

Siendo las 17 horas, Juan Martinez da el pitazo inicial. Bajo treinta y cuatro grados y con el rayo del sol diciendo presente, rueda el esférico.

El juego no se decantaba para ninguno de los dos conjuntos. Los culés se refugiaban en Piqué y Lenglet para armar las jugadas, lo cual era una señal de la falta de ideas.

En el amanecer del partido llegaba el grito sagrado para Osasuna. Torres, tras un centro por la izquierda sin dejarla caer, de volea le rompe el arco al Alemán Ter Stegen.

El onceno catalán se metía en un laberinto que pareciese no tener salida. Con Griezmann desaparecido, y de Jong incómodo por banda, Jordi Alba el único camino.

Aunque Osasuna no atacaba luego del gol, los recurrentes intentos de centro de un desconocido Barcelona, no generaban peligro.

Desconocido porque un club en el cual sobresale el juego en conjunto, dejaba entre ver que la Messi dependencia se está transformando en una realidad.

Desde el banco el salvavidas

Tras el término del primer tiempo y con el marcador en contra, Valverde ajusta. Si bien, el equipo visitante no conseguía inquietar a Rubén, había algunas diferencias.

La salida de Semedo por Anssufati, permitió que Sergi Roberto se ubicara de lateral. Posición donde evidentemente aporta más a consolidar la idea de juego que pretende el cuerpo técnico, pues de interior se pierde.

Busquets, se paraba más arriba. Sin duda el termómetro del equipo, porque cuando logra hacer presión alta y salir tocando de primera descongestionando las zonas donde hay mayor riesgo de perder la pelota.
Perdiendo, era tiempo de mirar al banquillo. No obstante, antes del segundo cambio llegaba lo inesperado. Al minuto 50 cuando los fantasmas de San Mamés comenzaban a rondar, un cabezazo al palo izquierdo le dio el empate a los blaugranas, mermando los ánimos en El Sadar.

Primer tanto con el equipo principal de quien debutó el fin de semana pasado. Convirtiéndose en el tercer jugador más joven en anotar. Felicidad entre lágrimas para el africano de 16 años.
Tras el 1-1 Barcelona sin ser arrollador, comenzó a tener mayor control del balón.

La voz en el estadio anuncia cambio. Sale Rafinha de discreta actuación e ingresa el brasileño Arthur. Probablemente queriendo aumentar el manejo en el centro de la cancha. Pues bien, sería el sudamericano quien luego de asociarse entrando al área, le daría a los actuales campeones el 2-1. A pesar de un pobre inicio, los visitantes daban vuelta a un apretado encuentro.

El reloj avanzaba, más allá de algunas aproximaciones de lado y lado, ninguna era tan importante como para inquietar las porterías o modificar el luminoso.

Sin embargo, como muchas veces pasa en el fútbol. Quien busca con insistencia no es quien da el golpe. Hablando de golpes, cuando ya estaba casi sentenciado el triunfo, los de Pamplona veían una luz al final del túnel.

Empate de oro

Mano de Gerard Piqué y el colegiado apoyado en su asistente decreta Penalti, decisión discutida ya que la distancia entre el balón y le jugador era mínima.

A solas con Ter Stegen el encargado de patear no podía ser otro. Roberto Torres con el diez a su espalda tenia la responsabilidad de poner las tablas.

Martínez da la señal, el público mira en cámara lenta y como si la palabra nervios no existiera en su diccionario, el referente de Osasuna decretaba el empate registrando doblete.

El júbilo y la alegría se sentían desde la grada hasta las afueras del escenario deportivo. Regresar a la máxima categoría, no conocer la derrota y sacarle un empate a uno de los clubes más importantes de LaLiga Santander, quizá sea algo indescriptible para los de Arrasate.

A enderezar el camino

Ahora bien, respecto a lo mostrado por Barcelona solo quedan dudas. Un partido malo lo puede tener cualquiera. Si bien la temporada es larga y probablemente llegarán triunfos ante rivales de menor valía, el equipo luce desorientado.

Aquel estilo de juego caracterizado por la presión alta, la posesión y las triangulaciones cortas está más ausente que nunca. Desde hace años es claro que Valverde pretende darle otra identidad a cuadro azul grana. Pero, he ahí el problema. Según las últimas actuaciones da la impresión que ni los mismos jugadores saben a qué juegan o a que quieren jugar.

Con cuatro puntos el equipo catalán se ubica hasta el momento en la séptima posición de la clasificación. Por lo que esperan revertir el camino en la próxima fecha cuando enfrenten en el Camp Nou a Valencia. Allí, se espera la vuelta de Lionel Messi.

Entre tanto los de Pamplona buscarán continuar con las buenas sensaciones en su visita al Valladolid. Por lo pronto el empate los deja quintos dos puntos del Athletic Club de Bilbao que destronó a Sevilla como flamante líder.

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